Todas las mascotas pierden el apetito de vez en cuando, pero nunca debemos dejar que nuestro cachorro no coma durante más de un día o dos, puesto que las consecuencias pueden ser fatales. Mientras la mascota actúe de forma normal y se le vea feliz, la pérdida de apetito durante uno o dos días no es motivo de preocupación.
Cualquier pérdida repentina de apetito que dure más de dos días necesita atención veterinaria para evitar que nuestro cachorro enferme.
Los cachorros más jóvenes tienen menos reservas de grasa y líquidos, por lo que no se recomienda que pasen sin comer más de 12 horas. Los cachorros de raza Toy son particularmente propensos a caídas potencialmente mortales en el azúcar en la sangre (hipoglucemia) si se saltan una comida. Los signos de hipoglucemia son debilidad, dificultad al andar y, a veces, convulsiones. En caso de que esto ocurra un consejo es levantar el labio del cachorro y colocar un poco de miel o algo similar en las encías, y una vez que esté consciente, alimentarlo. Igualmente debemos consultar al veterinario.
Causas de la anorexia
La anorexia puede ser repentina, en la que su cachorro se niega repentinamente a comer, o gradualmente cuando come menos a largo plazo. Algunos cachorros quisquillosos desarrollan preferencias por ciertos alimentos y se niegan a comer cualquier otra cosa. Cuando cedes y alimentas la ración deseada, has entrenado al cachorro para que se salga con la suya. Si tu veterinario ha confirmado que tu cachorro está sano, debemos acostumbrar al cachorro a comer lo que le ofrezcamos.
El estrés, quedarse en la perrera, con personas con las que no suele quedarse, o la pérdida de un miembro de la familia (humano u otra mascota) que desemboque en ansiedad por la separación pueden calmar el apetito del perro. Las altas temperaturas al aire libre también pueden matar el apetito de las mascotas.
Sin embargo, la anorexia es una de las enfermedades más comunes en los perros y a menudo se produce junto con la fiebre. Casi cualquier enfermedad puede causar que un cachorro se niegue a comer.
Las enfermedades potencialmente mortales como el moquillo o el parvovirus, los parásitos o la irritación de la boca por la dentición pueden hacer que el cachorro se muestre reacio a comer. Incluso una infección respiratoria que obstruya la nariz del perro puede arruinar su cena al disminuir su sentido del olfato y el gusto.
Tentar al cachorro
Si su mascota deja de comer, necesitará un diagnóstico del veterinario para averiguar el motivo. Pero en estos casos podemos intentar tentar a nuestro cachorro con algún premio que le guste para ver si de esta forma come algo.
Ofrezca golosinas saludables como una porción de carne de ternera o pollo (siempre sin huesos). Eso también nos servirá si simplemente es caprichoso o si realmente tiene un problema que necesita atención médica.
Es más fácil tentar el apetito de nuestra mascota con alimentos con olor fuerte que hagan que la comida sea más sabrosa.
Los alimentos para bebés a base de carne también son muy sabrosos para la mayoría de los cachorros y más fáciles de comer si tienen la boca dolorida.
Otra opción es agregar agua tibia o caldo de pollo sin sal a las comidas secas para hacer una papilla en la licuadora.
También podemos calentar la comida, eso puede potenciar el aroma y despertar el apetito de tu cachorro.
Mezclar su comida con un poco de yogur o requesón también es una buena manera de tentar el paladar de tu perro.
Si tienes un gato, mezcla algo de la comida seca para gatos con la comida del cachorro. El aroma y el mayor contenido de proteína de la comida para gatos puede ser muy atractivo.
Algunos cachorros se muestran reacios a comer, pero si comerán si el dueño los alimenta manualmente.
Dejando la comida durante largos períodos en un comedero «desgasta» los centros de apetito en el cerebro. Eso matará cualquier apetito que la mascota pueda tener.
En su lugar, ofrézcale a su comensal una pequeña cantidad de comida y retire el resto cuando no quiera más. Cuando se haya saciado o se niegue a comer, tóquelo y vuelva a intentarlo una hora más tarde.
En casos severos, el veterinario puede recomendar medicamentos para ayudar a estimular el apetito. En otras ocasiones, se puede recomendar la alimentación forzada con una dieta que se suministra con una jeringa al cachorro.
En casos raros, el veterinario puede recurrir a colocar un tubo de alimentación directamente en el estómago para forzar al perro.
Por lo que como siempre decimos, ante cualquier síntoma, lo mejor es acudir al veterinario para que este determine lo mejor para que nuestro cachorro crezca sano y feliz.