Durante el verano hay días de mucho calor y nuestros perros lo sufren al igual que nosotros, sobre todo cuando los sacamos a pasear.
Debemos tener en cuenta que los perros tienen un metabolismo más alto que el de los humanos y la temperatura normal que suelen tener ronda entre los 38 y los 39,5 grados, por lo que en verano esta temperatura puede subir peligrosamente.
Por este motivo es importante conocer una serie de consejos para que nuestro perro esté bien en verano.
Debido a las altas temperaturas es evidente que no podemos sacar al perro a pasear con ropa, debe ir fresco y cómodo para evitar un golpe de calor.
Dependiendo de la raza, hay perros a los que les afecta más el calor que a otros. Los perros braquiocefálicos como los bulldogs, los carlinos o los boston terrier y los perros con doble capa de pelo como los akita o los husky son más propensos a sufrir golpes de calor.
Si el perro no quiere caminar más, jadea mucho o notamos que está muy caliente, puede ser que esté a punto de sufrir un golpe de calor, debemos llevarlo a la sombra y refrescarle el cuerpo con agua. En caso de que no se reanime debemos llevarlo al veterinario inmediatamente.
Lo ideal es sacar a pasear al perro al amanecer o al anochecer e intentar evitar las horas centrales del día, ya que se le pueden quemar las almohadillas, irá cojo e incluso pueden llegar a sangrarle.
Debemos realizar paradas frecuentes en los paseos para comprobar las almohadillas de nuestra mascota para ver si se están quemando y comprobar que respiran correctamente y se encuentran bien.
Nunca debemos dejar a un perro solo en un coche, las altas temperaturas que se pueden alcanzar sumado a la ansiedad que les puede crear el estar encerrados en ese espacio puede llegar a provocarles la muerte.
Si seguimos cada verano esta serie de consejos, nuestra mascota no tendrá ningún tipo de problema relacionado con las altas temperaturas.